con el trapo hùmedo
del que sueles beber
esa porciòn de mì
que llueve sobre mis hombros
Sobras en gotas
de cada uno de mis cerrojos,
donde mi cabello se entremezcla
en manos de una demencia
tan ciega como vidente
Me has hecho compañia
detràs de mì,
por cada lado,
y hasta por debajo.
Ir de tu mano es llegar a la casa
donde las puertas no mueven llaves,
donde los umbrales me celebran
en la figura inquieta
que dejo caer sobre los muros
Me has quitado la ropa tantas veces
que mi desnudez
ha sido un juego de lìquido poema
donde la palabra toma
la forma de mi silueta
y hasta el color de las voces ocultas
que hay detrás de mis ojos
Es esta invisibilidad que recorre
cada rincón donde habito
cuando húmeda de versos vencidos
me acobardo y huyo
a buscar mis medias
Has llegado a entrar en mi cabeza
y cada sílaba que arrojas fuera
es porque no quieres mujer
que me haga daño
Hoy rearmo tu nombre en mi espejo
el útero veraz
de esta misma yo,
que me escribe
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