jueves, 17 de octubre de 2013

Humanamente sexual

Reconcilio mis manos con mis muñecas
mis muñecas con mis brazos
mis brazos con mis tetas

Yo soy más que la cara rota de un poema
parada frente al espejo,
yo tengo ese reloj
 oscilante bajo mi costilla
que siempre marca las doce
-la hora en que los codos se debaten en la mesa
para sostener uno a uno los pensamientos-

Mi sexo no,
mi sexo no sabe leer la hora
ni debate lo que pienso
cuando pienso

Mi sexo es este imperio de músculos
que se contraen,
al látigo de cada suspiro
durante el vendaval.

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