jueves, 19 de mayo de 2011

Maternidad



Noches que trotan
en el abdomen
como corceles insomnes.

He sido el asilo
de mi propia sangre.

 
Noches que sudan
en las sienes
con antorchas invencibles. 

He dolido las fiebres
de ajenas heridas.

 
Noches de amaneceres
que inflaman la calma
en los ojos despiertos
que me hablan de amor.



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