domingo, 24 de julio de 2011

Luna rota



La noche se incendia a fuego lento
derramando el peligro de las sombras
sobre las penitencias de los espejos.

Una figura que se mueve sospechosamente,
viola la fragilidad de las palabras
llevando a mi voz a quejar silencio
para cortarse como el dèbil suspiro de un bebè
al morder el sueño.

Tanto como el barro que le pesa al gorriòn
o como el cielorraso que le rompe el paso a una libèlula,
un gesto de renuncia
es el ladròn que pretende el crepùsculo del poema,
es el filo de una luna rota,
sobre el corazòn de la metàfora.

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