domingo, 7 de agosto de 2011

cinco instantes



I

Te decìa;
yo le di mi corazòn a la libèlula
para que anuncie la lluvia
sobre el temblor de tus hombros.


II

El filo de la noche se pone sobre mis senos 
me desnuda con su frío de vela dormida
me envuelve con su metal
y me seca

III

En el alba de un beso 
el mundo se acumula en una burbuja
que gravita sobre el cielorraso

IV

Marca el rìo de mi entrecejo 
con un làpiz de carbonilla
y me crece un jardìn de clavos
en el hueco de ambos ojos.

V

Busca detrás de mis rodillas
donde se halla el lunar
que se te ofrece como una brújula
para seguir mi sentidos.

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