jueves, 25 de agosto de 2011

incendio




Me quemò junto al poema

y fui la incierta visiòn de ceniza
que sujetò a sus ojos con ambas manos.

Me recreò como un imperio de polvo
 esclavo de los espacios
que respira el desierto de conjugaciones.

Una inicial que no duerme,
tan fùnebre como la horca de los acertijos
donde sutìlmente colguè
mi ùltimo desnudo.

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