Mis ojos dibujan un cìrculo
para romper a lo profundo
el tiempo del anillo
No hay espacio que ocupe
el fuego ni tampoco la ceniza
No hay espacio que ocupe
el fuego ni tampoco la ceniza
apenas la mùsica de la sangre
me habita inquieta
Los niños corren
Los niños corren
dejando caer los muebles
a sus costados
mis ojos no los persiguen
pero los huelen.
pero los huelen.
Una ausencia salta de una sombra
y me calla con un beso.
Me voy a ninguna parte,
a tragos me echo de menos.
Sos una poética enciclopedia de la metáfora hermética, también llamada 'audaz', amiga Marcela... grandioso e invencible tu arte como lo es el glorioso surrealismo.
ResponderEliminarTe abrazo poema (orgulloso de ser tu amigo virtual).