sábado, 17 de septiembre de 2011

Talento Nocturno



El espacio entre las sillas
termina por enjuagarse
con doce lágrimas que caen
tomadas de la mano.

 un decibel que no es mudo
pero no se oye
pasa como desapercibido
y sufre el tronar de dedos
dentro de los guantes

Nada aquí tiene el valor del abrigo
que mencionaban los ojos
al derramar la música de las horas
dentro de cada gota.

Visitaré conmigo el talento
de los relojes
que animan la cuna de una noche
aún sin ser noches.

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