Fundida en la cal
de una isla blanca,
sueño.
Dame esa toga meditarrànea
y ataré mi cabellera húmeda
a los pliegues del horizonte,
pido.
Que tu espuma es una joya
entre la arena y la piedra,
digo.
Una hebra de sal
roza mis hombros con timidez,
siento.
Mi cuerpo se hace líquido
y se transforma,
llego.
Sueño, pido, digo, siento, llego.
La pasión helénica. Muy lindo!
ResponderEliminargabriel