sábado, 12 de mayo de 2012

Besos suicidas y un azulejo sin nombre

Enemisto mis labios
al abrir el pozo
donde mis besos caen de a uno

No hay suelo firme
que sostenga la tragedia
de mis besos suicidas.

Descubro
que mis azulejos
son acaso rostros encarcelados
a la espera de un nombre
que los libere.

Que sea el tuyo,
sería un milagro,
el mío, el nuestro.

1 comentario:

  1. Precioso, precioso, precioso... Estaría muy bien que tus besos no se suicidaran. Los milagros a veces se producen, sólo hay que convocarlos, y tú lo has convocado.

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