viernes, 21 de junio de 2013

Espacios

El mundo es una alforja llena de agua
y vamos dentro
como un jersey empapado
de sus viajes sin retorno.

Tengo en mis muñecas
un deseo dando vueltas,
una sombra de tu amor
que perdura como la huella
de un perfume extraordinario

Siempre comparo;
el mes de julio no me trae mayores consecuencias
pero los diciembres dañan

Un arlequín se mece encandilado
sobre la luz de luna
que llevo en cada ojo
y me canta,
canta canciones desesperadas
como si quisiera arrancarle lágrimas a mis ojos
para beber de la luna.

 Yo, sin embargo,
amarro mi cuerpo al sol
porque sé de tus terrazas
y de las manzanas
que no me dejan dormir.

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