¿Te has preguntado
a qué saben mis tardes,
mis mañanas
Qué música le describo a las frutas
cuando mis labios dicen reir
para guardar el llanto
de extrañas manzanas
Te has preguntado
que es de mis manos
con las piezas de esta memoria
que recorto y vuelvo a pegar
hasta vaciarme los ojos
y no me dejen pequeña
Te has cuestionado siquiera
el aroma que arrastra mi pelo
por las noches
a la hora en que la madrugada
seduce el sueño de tus terrazas
Te has sentido en mí
en cada silencio de perros
de muebles quietos
de tazas sucias y obligadas
en el fregador?
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