jueves, 6 de junio de 2013

Entre lupas y reflectores

Equilibrio de un collar
en la rendición del marfil,
lo veo todo

No dejo lugar para las momias
hechas de cemento
y hambre

 Escucha esa música
viene a dar inicio a la boda
de tu multitud
y mis propios huesos

Yo sé lo que valgo,
mi músculo es tan grande
como aquella obra maestra,
pero late
y no es de hielo

Mis labios van siempre limpios
con la luz que persiguen las polillas
 al traer
nuevas radiografías a mis paredes

Hojas mojadas también las hay,
en ocasiones,
y no es mi suerte
 ni es mi estrella la que llora
porque mis pies
han aprendido a distinguir
entre el polvo
 y las cajas donde poner a dormir
a las muñecas

No importa el clima
lo que del vientre amanece
por creer en mis manos

 Yo sigo siendo la paloma roja
que lleva los escenarios
 más allá de las nubes
  donde el globo le pertenece al viento
y va por él
a encenderle velas
 a los ojos de los  árboles

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