lunes, 24 de junio de 2013

Persecución agónica

El reloj está arrastrando
los errores de las últimas horas
fuera.

Hay una esperanza muerta
sobre la forma de un cuchillo
como un espectáculo picante
con lápiz labial rojo
y calcetines de red.

Yo nunca me aferro a los libros
ni a los padres,
tengo que tantear a ciegas,
para leerlos viva.

La última vez que lo hice
nací con ojos visores
desde donde podía seguir
las diapositivas de las épocas quemadas
con el lento susurro del acento del este.

las llamas siempre seguirán cambiando,
pero mi corazón parece negarse
al flujo de los gráficos y los escenarios,
a la sed de rojo de mis ojos recién abiertos.
Hoy sé que una noche
está creciendo por encargo
y va rápido
y hasta tiene la cola de un ratón.

Parece correr a la vista de los peleteros,
pero nadie puede atraparlo
ni siquiera lo intentan
y a mí
ya apenas me importa.

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