Todo es un ejército de verbos
de fronteras en el músculo
Echarse sobre el correr es fácil
desde una visión de escaparate
donde el ojo es aguijón
y el alarido es de las piedras
En esa casa no hay temblor
solo un genital desesperado
jugando al scrabel a toda hora
En el fondo de las vértebras
un tablero de ajedrez
donde caballitos a cuerda
siguen en su tarea
de maquillar más truenos
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