Hablar desde el fuera de las cosas,
habitar la crisis de un día más
igual al de ayer
pero igual al de mañana.
Armar la catástrofe de cada flor
al desprender su aroma
Decir de infierno
un manicomio entre las cejas
Decir de la quietud de una almohada,
el vicio a no saber morir
cada noche
ni renacer de madrugada.
Tomar al toro
para nombrar la furia de los animales,
y olvidarse de los techos
Olvidar el río aquel
donde los pies se ven
haciendo peces,
bajo la superficie de los fríos glaciales.
Acorralar cada nombre
tras el peso liquido de un whisky
O hablar del tiempo,
de la hora que se decapita
a través de los cristales
No, no será nunca lo mismo
que el insulto al cielo,
cuando el vuelo fugaz
de los pájaros
habitar la crisis de un día más
igual al de ayer
pero igual al de mañana.
Armar la catástrofe de cada flor
al desprender su aroma
Decir de infierno
un manicomio entre las cejas
Decir de la quietud de una almohada,
el vicio a no saber morir
cada noche
ni renacer de madrugada.
Tomar al toro
para nombrar la furia de los animales,
y olvidarse de los techos
Olvidar el río aquel
donde los pies se ven
haciendo peces,
bajo la superficie de los fríos glaciales.
Acorralar cada nombre
tras el peso liquido de un whisky
O hablar del tiempo,
de la hora que se decapita
a través de los cristales
No, no será nunca lo mismo
que el insulto al cielo,
cuando el vuelo fugaz
de los pájaros
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