jueves, 27 de marzo de 2014

La llamada

La noche me rodea a la misma hora
en que sonó el teléfono
veinte años atrás.

Ese viejo perro llora las mismas lágrimas
el árbol sigue de pie aún desnudo
como aquel agrio abril,
mi miedo es un monstruo
que no aprendió a perdonar
el agujero de mis manos.

Mi telefono no funciona.
Acabo de comprender
porqué parece no importarme.

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