A veces creo
que te escucho mover las sillas.
La noche engaña como la casa.
No estuviste acá,
y te respiro.
La casa sabe,
de la noche que mueve las sillas
y de mí que creo que te escucho.
La noche sabe,
de la casa que no te conoce
y te respira.
No estuviste acá,
aunque las sillas no se quedan mudas.
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