Meterè tu cabeza de verruga en el horno de la muerte
y veràs las vìrgenes en sus tùnicas inmaculadas
girando como trompos hasta la cùspide de tu ignorancia
que con sus manos de hilos de azùcar pàlida
arrancarán alas de tus ojos secos
y sentiràs el espanto de un viento petrificado
y oleràs la podredumbre de las frutas descascaradas
y oiràs los ecos de tus otros nombres
que ya no te pertenecen
y cuando quieras gritar, lo ùnico que lograràs
es vomitar un bùho
y veràs las vìrgenes en sus tùnicas inmaculadas
girando como trompos hasta la cùspide de tu ignorancia
que con sus manos de hilos de azùcar pàlida
arrancarán alas de tus ojos secos
y sentiràs el espanto de un viento petrificado
y oleràs la podredumbre de las frutas descascaradas
y oiràs los ecos de tus otros nombres
que ya no te pertenecen
y cuando quieras gritar, lo ùnico que lograràs
es vomitar un bùho
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