domingo, 22 de mayo de 2011

Acertijo




Parte la luz en su ir y venir repetido,
con esa insistencia de los que no llevan prisa,
como si supiera que en los atajos
detràs del ruido hay la lluvia de espuelas.

Es a la noche cuando los rostros
se pierden entre los andamios,
tal vez porque los nombres descansan
debajo de los pàrpados
o quizàs porque las almas se agitan lejos,
màs allà de los techos.

Lo cierto es que he vagado por la penumbra
con mis ojos de lupa,
he presentido el poema de las sillas
que habla de las sombras
de los que se esconden.

He soportado el dolor de las puertas
al chillar por las bienvenidas postergadas,
y he descifrado que no hay dilema
que no tenga una llave

De cualquier modo,
siempre he sido la amante de los candados.


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