Adentro…
Muere el dìa
y se encienden las velas.
En los turbios rincones
corren las almas
que no encuentran reposo.
Vi en el espejo
una sombra moverse.
Nadie estaba del otro lado.
Afuera…
Muere el amor
y se empañan los cristales
En las rojas ventanas
mercadean sus cuerpos
hermosas hembras en ropas de encaje.
Vi en mi memoria
esa imagen arrastrandose.
Mis ojos de parafina
estaban mirando.
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