Panteòn de mi memoria
es un yunque mordiendo mis talones.
Como un trueno mudo montado sobre el lomo
de un pàjaro agonizante
Tengo dos calas marchitas sobre mis pòmulos,
y la condena de una cruz de sal
en el arco de mis retinas vìrgenes.
[En el alba de un silencio,
mis làgrimas inundaban el aire].
Guardo en las yemas de mis dedos,
el silbido del viento azotando un lecho de trigo,
el rumor de una cadena augurando el crepùsculo,
el reflejo de una luna enferma sobre mis espaldas.
Mi cama es donde se aparean los murcièlagos
desnudos de lunas lastimadas.
[Mi cama està vacía de dudas
mi cama està llena de ausencias].
Quiero germinar el cielo con serafines,
que armen una tropa de alas plateadas
con sus jarras de aguas tibias
derramando las respuestas.
Con el vuelo de unas alas de fuego,
encender cosquillas de antorcha en mi nuca,
salpicar el tiempo con verdes tañidos de campana
recuperar mi espìritu
desde el fondo de sus làpidas.
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