martes, 31 de julio de 2012

Escenas

la mujer cantaba su muerte
mientras su hombre barría la sombra
usando los codos

Y pensar que todo aquello sucedía
a través de la transparencia de un vidrio
que sostenía la ligereza amarilla
de mi whisky

Tan poco hay para hacer
cuando todo está allí
flotando en un vaso
como un insecto suicida.

Ni mis ojos ni sus manos
ni el alcohol mordiendo las encías
comprendieron el recorrido de mi lágrima

Si acaso lloré
esa vez, fue solo por mi

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