domingo, 17 de marzo de 2013

Nochando días

 Guía mi mano hacia tu lámpara
no quiero que la noche te encuentre a ciegas

Me preguntas como haría
para encender la libertad de tus omoplatos,
barrer las fiebres de tu rincón desocupado,
obsequiarte mi tempestuosa femineidad
sobre el sillón donde te dejé a mano mi pujanza

 Creo yo, que subyugando
 a aquel dispositivo de luz
del enorme salón donde el día se te va a morir
cuando de este lado de la noche
a mi me nace la heredera
de tu última mañana

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