Los niños son crueles
al mirarnos fijo,
cuando nos cuestionan
cada una de las divisiones.
Fui a buscarlo,
me esperó con un beso en la mano
y otro de alerta,
en la nuca desprolija.
Él me mira fijo,
y yo le hablo de gorriones
que ahora se oyen tristes.
La tarde se ocupó de salir
por la ventana.
Él ya no me mira;
me oye .
Con la noche descubro
a una tal Anna Karenina
haciendo parking
en mi bolso de mano.
al mirarnos fijo,
cuando nos cuestionan
cada una de las divisiones.
Fui a buscarlo,
me esperó con un beso en la mano
y otro de alerta,
en la nuca desprolija.
Él me mira fijo,
y yo le hablo de gorriones
que ahora se oyen tristes.
La tarde se ocupó de salir
por la ventana.
Él ya no me mira;
me oye .
Con la noche descubro
a una tal Anna Karenina
haciendo parking
en mi bolso de mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario