Besando Azulejos
lunes, 16 de diciembre de 2013
Lejos
Siempre un ángel
comprende mis rodillas
pero no mi cabeza,
porqué le han puesto alas al techo.
He elongado el tiempo
la sed y el verbo
ya no puedo exigirles más
a mis manos.
Devuelvan el techo a su lugar,
denme a mi las alas.
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