Compraba frutas en el mercado
y me acordé de las manzanas.
Cargué en mi bolsa dos,
pero ninguna se enciende.
Hay algo más triste
que una mesa a oscuras?
Te hice esa pregunta
mientras toda la casa
seguía mis labios
susurrándose lentamente.
No sé que responderías
a la luz de mi boca.
y me acordé de las manzanas.
Cargué en mi bolsa dos,
pero ninguna se enciende.
Hay algo más triste
que una mesa a oscuras?
Te hice esa pregunta
mientras toda la casa
seguía mis labios
susurrándose lentamente.
No sé que responderías
a la luz de mi boca.
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