lunes, 24 de febrero de 2014

Acertijo

Parte la luz en su ir y venir repetido, 
con esa insistencia de los que no llevan prisa,
como si supiera que en los atajos 
detràs del ruido hay la lluvia de espuelas.

Es a la noche cuando los rostros 
se pierden entre los andamios, 
tal vez porque los nombres descansan 
debajo de los pàrpados
o quizàs porque las almas se agitan lejos,
màs allà de los techos.

Lo cierto es que he vagado por la penumbra 
con mis ojos de lupa, 
he presentido el poema de las sillas 
que habla de las sombras
de los que se esconden. 

He soportado el dolor de las puertas 
al chillar por las bienvenidas postergadas,
y he descifrado que no hay dilema
que no tenga una llave 

De cualquier modo,
siempre he sido la amante de los candados.

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