miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tiempo al tiempo

Llevo un siglo contando mis dedos,
ya me ha crecido un àrbol en la boca
y no hay pàjaros.

 Serà que no conocen sus alas este lugar
donde el poema se derrumba
hacia el fondo de un vaso
 Serà que la crìa del rìo
que habita el fondo de un vaso
 soporte el perdòn de mi boca ocupada.

Llevo un siglo despertando mis dedos,
ya la luz se lastima esperando que abra
 el vuelo indòmito de los relojes.

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