Llevo un siglo contando mis dedos,
ya me ha crecido un àrbol en la boca
y no hay pàjaros.
Serà que no conocen sus alas este lugar
donde el poema se derrumba
hacia el fondo de un vaso
Serà que la crìa del rìo
que habita el fondo de un vaso
soporte el perdòn de mi boca ocupada.
Llevo un siglo despertando mis dedos,
ya la luz se lastima esperando que abra
el vuelo indòmito de los relojes.
Que surrealista,me gusta mucho. Besos, guapa.
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