He perdido un abrigo
tras correr por los andenes de las dudas
Un solo ojal puede signficar el agujero
por donde se me escapa el mundo
No tengo botones esta vez
para usar de amarra
No tengo un hilito de lana
para aislar el frío de los miedos
No hay té, ni un guante ancho
ni siquiera algún paraguas
Apenas la presencia de un poema
que camina con la frente alta
Y habla del agua clara
y habla de la vida, de la luz de la mañana
y llora por la herida de un perro.
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