Torcer el hambre culpable,
repartir la cara en tiras,
pegar el ojo al vaso, al fondo
al pie, al pie dejarlo quieto
viajar sin criar culebras en los tobillos
reir rodillas con payasos de polleras
y pedir una cancion, una sola
donde poner al cuerpo
bajo las órdenes de un piano.
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