jueves, 26 de abril de 2012

Maremoto

Abre su mano soltando dedos
y me recorre,
desde la lengua me recorre
hasta la orilla de la axila.

Yo tiemblo un mar
cuando me aisla,
tal vez porque aquella palmera
me enseña la altura
donde sus monos se aparean.

Abre su boca y una ola se desenrolla
hasta la punta de mis pies,
no insiste en sal,
yo subo, y me mojo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario