Esquivo el riesgo de tu mano
sobre las llaves de mi música
Qué quieres de mí
sino romper mi costilla
y llevarte entre los dedos
mi clave celeste
No me puedes hoy,
el día se presenta como un ojo inmoral
llorando con la fuerza de los látigos
tiritas de agua de lluvia
No me has podido ayer,
cuando el sueño
parpadeaba desde el techo
el rencor de un árbol insultando
el ruido de las sombras
Mañana, ya sabes,
ni lo pienso, me asusta.
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