lunes, 7 de mayo de 2012

Luz verde

Veinticinco fresas para armar tu otoño,
 y un abril que muere tras beber
la indeferencia de mis talones.

Ven, cubre mi mayo con rojas hazañas,
y mi vientre será tu mesa
 y mi mesa será tu esclava.

Consiente mi curiosa singularidad,
dime quien domina la sed de tus polillas
 y prometo encender cientos de velas
en los huecos de mis manos
para no dejarte
nuevamente a oscuras.

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