viernes, 21 de junio de 2013

Padre

Mis pies escapan
como gorriones asustados
de las piedras
que llevan tu nombre
hasta la altura de mis ojos

llevo en mi sangre
la voz que me susurra,
el fantasma que me viste de bosque
y mueve las sillas
para ahuyentar a los pecados

una muñeca a la que le brillan los labios
una parque lleno de plazas en los recreos de las manos
porte y castillo como un par de ojos de gato
y el cristal de las copas que mido
cuando los gritos entre miedos

Ruego en la noche
ser tu asilo
a la hora en que las almas se visten
y pasean por los pasillos de los vivos

Padre
es tu marca la que muere conmigo
Yo serè abono
en tu misma tierra

1 comentario:

  1. ... cuando los gritos entre miedos... Siempre hay una niña cargada de experiencia que bordea tus poemas. Mirada de gran carga emotiva, por cierto. Gracias, poeta!

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