Habría que nombrar el cansancio
llamarlo con su nombre propio,
habría que anunciar las paredes
y reverenciarlas cuando alegres caen
Habría que soltar los gritos
como si fueran globos huyendo
de las manos inquietas de una niña
Habría que romper los techos
para aquellos globos
y dejar volar todos los nombres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario